Esta vez, dado que en una ruta tan larga es muy dificil plasmar la intensidad de la misma por un solo cronista, hemos pensado que cada componente del club que ha participado narre su experiencia para así dar vivo reflejo a los lectores de este blog de las características de esta espectacular ruta montada por el CC Majadahonda (por algo llevan 14 ediciones), como cada uno ha preparado la ruta y cuales han sido sus sensaciones a lo largo de la misma. Os dejo con la lectura esperando que os entusiame tanto como a nosotros, los participantes la ruta:
David: Hoy el día amanece temprano, son las 6:15 y tengo todo listo para bajar al trastero, recoger a mi fiel compañera y salir en dirección al CC, donde hemos quedado para la ruta de hoy, la SRAM2014.
Tras una hora de viaje, estamos en Ávila, la temperatura es fresca pero no llueve y esto es un notición, aunque Villy no me deja decirlo muy alto para no espantar los claros dejados por la nubes;).
Tras la foto de rigor, empezamos a dar pedales; el terreno esta muy embarrado y en algunos tramos tenemos que hacer empuja-bike, pero esto dura poco, en cuanto cogemos la pista dirección Tornadizos el terreno se vuelve mas favorable. Aquí, en Tornadizos llega la primera de las 3 tachuelas, pero de momento las pilas van a tope y subimos casi sin darnos cuenta. De momento, todo va bien, sigue sin llover, el terreno permite rodar y las piernas responden a la perfección.
En el km 20 tenemos el famoso puerto del Herradón, solo de recordarlo del año pasado se me ponen los pelos de punta, tiene unos 2km y un desnivel de 200m aprox, está asfaltado casi al completo salvo la última parte que es de tierra. Este es para mi el punto de inflexión de la marcha, es cuando las piernas te empiezan a doler y subes y subes y nunca ves el fin, cuando me ocurre esto, me gusta ponerme pequeños objetivos, llegar a la siguiente curva o a la próxima señal de trafico y recompensarme con un pequeño trago de agua, cada maestrillo tiene su librillo para subir… Pasado el herradón llegó el avituallamiento donde me esperan Ángel, Manolo y Jesús.
Los siguientes 30km tienen desnivel favorable y transcurren rápido, un pinar con una pista amplia, un tramo de carretera, una pequeña subida y estamos en Robledo de Chavela, el segundo avituallamiento, vamos por el km 60. Aquí, me noto que las piernas todavía me responden bien y decido probar suerte aumentando el ritmo, en el km 75 paso al grupo del club Mtb Ajalvir y desde aquí hasta el final voy solo. Aproximadamente en el km 90 noto que las fuerzas van a menos y las piernas ya no responden como antes, en los repechos empiezo a tirar de molinillo y decido tomar un plátano y un gel para evitar los calambres.
De aquí al final, la marcha se convierte en un infierno, mucho calor, pocas fuerzas y mucho dolor de piernas. Del km 100 al 105 casi voy por inercia, el último repecho que sube hasta el polideportivo me parece toda una hazaña, pero ya estoy en Majadahonda y Villy me esta esperando, que tío, ha entrado 1h y 30min antes llegando el primero y dejando bien alto el pabellón del club.
Un año mas, aun con los momentos malos, esta cita se ha convertido en imprescindible.
Gracias al club Majadahonda por la organización.
Manuel (Manolo):
Mi experiencia dio comienzo hace un año cuando hice mi primera SRAM. Acabé tan fundido que me dije a mi mismo no volver más, fueron mas de 9 horas subido en la bici, acalambrado en las piernas durante más de 40 km y tardé varios días en recuperarme, lógicamente no tenía la mínima preparación física y psicológica para abordar este tipo de recorrido… pero este deporte engancha, no para hacer gestas, sino por superación personal.
Como he comentado, me dije de no volver, pero cuando en el club se comentó que ya había fecha para la SR2014 un par de meses antes, el gusanillo entró si cabe con más fuerza. Busqué algo de información para mejorar la base de entrenamiento más específico para rutas de largo recorrido y lo adapté a mis horarios, gracias a que todavía tenía algunos días de vacaciones del año pasado pude aplicarlo mínimamente. Nada tampoco que no supieramos, coger fondo, alimentación y buena hidratación son las claves para no sufrir, en demasía, las exigencias de esta ruta también diseñada por el Club Ciclista Majadahonda !!!Que grandes¡¡¡
Había quedado con Villy a las 06:25 para subir la “burra” a la furgo, junto con Dani y JoseM.Tras recoger al resto compañeros en el CC Miramadrid a las 06:30, salimos hacia Majadahonda llegando de los primeros, subimos la “burras” al camión de transporte, fotos de grupo y autocar hasta Ávila.
Comenzamos la ruta a las 09:30, por casualidad voy de los primeros y no tardan en pasarme 20 o 30 bikers, me he establecido algunos objetivos, el primero no machacarme mucho los 35 primeros km, donde están los desniveles más grandes: primero Tornadizos de Ávila y luego el peor, El Herradón, que es duro de verdad, ya que se sube más de 200 metros de “d+” en muy pocos Km. Los siguientes objetivos ir bebiendo cada 10-15’ y comiendo cada 30’/40’ para ir recuperando lo que el esfuerzo deja en el camino.
El terreno blando por las lluvias de los días anteriores permite ciclar sin excesiva dificultad, el barro será un incómodo compañero de viaje durante el 80% del camino, de momento no llueve, pero en el viento trae nubes negras y algo nos caerá. Pasamos “El Herradón”, las piernas van bien, llegamos al primer avituallamiento, ¡objetivo superado! Mientras estamos en este punto llegan David y Ángel, continuamos ruta juntos. Nos llueve un poco mientras circulamos por caminos forestales entre pinares, bajadas y subidas se suceden, la cadena con tanto barro empieza a secarse haciendo acompañamiento de múltiples grillos. Pasamos Valdemaqueda y antes de llegar a Robledo de Chavela empiezo a notar un bajón, inmediatamente me como una “barrita” para llegar al avituallamiento que está precisamente en esta localidad, donde me meto “pal cuerpo” otras barrita más, un gel y algo de fruta y aplico algo de aceite a la cadena. Hacemos juntos la subida, yo algo más retrasado que el resto, algún SPM se nos escapa…, siguen pasando los km y cada km suma tanto en totalidad como en la piernas. Antes de llegar a Valdemorillo tengo un pequeño inicio de calambre en la pierna izquierda, lo solvento con algo de chocolate y bebida. Tengo que beber más a menudo ya que sufro de excesiva transpiración y de ahí los calambres. Cuando hizo efecto la comida, la piernas respondieron con normalidad, siempre dentro del esfuerzo.
A medida que se acercaba el final, el cansancio se iba apoderando de mí, ya no es solo el culo el que me duele (como coñ..se entrena), sino todo el cuerpo. Cuanto más cerca estaba el final, exponencialmente, más largos se hacían los Km, los últimos 8 se hicieron eternos, no por el desnivel que picaba para arriba, que también, sino por la ganas de llegar al final de la ruta.
Entrada en Majadahonda, nos recibió Villy que había llegado hacía mas de ¡hora y media, que portento¡
David, Ángel y Jesus, ha sido un placer volver a compartir tantos kilómetros con vosotros, formamos un estupendo cuarteto, quizá yo el mas «flojete». Gracias a todos por esperarme arriba cuando el camino se empinaba…
Estoy contento por haber rebajado en una hora el tiempo que realicé el año pasado, por haber sabido reaccionar a tiempo cuando tuve el bajón, por saber que uno de los nuestros había llegado primero (aunque no era una competición «me llena de orgullo y satisfacción…»), porque todos los componentes de nuestro club que nos hemos presentado, hemos terminado, “Felicidades Finisher”.
Por último, FELICITAR Y AGRADECER desde estas líneas al Club Ciclista Majadahonda los esfuerzos realizados y por haberse superado así mismos este año, han montado una ruta excelente y por un trato excepcional y exquisito con todos los que participamos, ¡Enhorabuena!
Dani (El Presi)
Afronto mi tercera SRAM después de una semana constipado y consciente de que mi preparación y mi forma física es peor que la del año pasado. Aún así mantengo ilusión y ganas por compartir con mis amigos esta fantástica ruta.
Después de los preparativos y los nervios habituales llego a Ávila con el recelo normal ante los malos pronósticos meteorológicos y con dudas y temores por el barro, las sensaciones, etc. Es un día para no fallar. Aquí no hay atajo hasta Paracuellos o hasta la furgo, es el todo o nada.
Lo mejor es pedalear cuanto antes, así se te van pasando todos los males. Mocos fuera, nervios fuera, ya toca disfrutar.
La ruta cada año la disfruto más y este año con más amiguetes todavía mejor. Por ritmo este año compartí bastante tiempo con Jose Manuel y Jose Antonio he hicimos buen equipo, ellos me dejaban a mi ritmo en las subidas y yo al suyo en las bajadas. Sin peleas, así fuimos tirando unos de los otros toda la marcha.
Disfrutamos y sufrimos juntos, fueron muchas horas sobre la bici donde hay tiempo de charlar, de callar, de ir solo y de pensar. Por esto me gusta a mi esto de la bici.
Es gratificante ver como mis compañeros han incrementado su «adicción» por el MTB en este último año, y esto se ve reflejado en una gran progresión en su forma física y en su técnica en las bajadas. Mis felicitaciones a todos ellos.
La verdad es que este año llegué bastante entero, con el culo un poco saturado pero muy bien de piernas. Ya sabéis que lo mío es un ritmo lento pero seguro, así es como disfruto y me siento cómodo.
Al final todo salió genial. Llegamos los nueve, el Villy poniendo la guinda y los demás haciendo que en vez de nueve pareciéramos diecinueve… así decían en el avituallamiento: «del Club de Paracuellos han venido un montón»… nueve en total, les contesté yo, «que no, que no, son muchos más» dijeron.
Hasta el año que viene.
Enrique:
En principio no estaba apuntado dado que no tenía previsto estar en Madrid, pero dado que al final los planes cambiaron decidí en las misma semana. Gracias a José Antonio me apuntaron.
Cometí errores de principiante como no cenar bien ni tampoco desayunar en condiciones, por tanto llegar al primer avituallamiento para alimentarme casi fue una condición de subsistencia.
En el trayecto a Ávila aprovechamos para echar una “cabezadita” y al mismo tiempo pensaba lo que me iba a tener que hacer de vuelta. También la idea que llevaba es que la ruta seria fundamentalmente por pistas, pero no fue así la ruta tiene un diseño muy acertado que mezcla todo tipo de terrenos que hace sea muy divertida así como atraviese zonas que te “transportan a los pirineos”.
La salida comenzó entorno a las 09:30, mi idea era ir tranquilo dado que hablamos de 103 km con más de 1.700 m de desnivel. Para mí que normalmente hago 40-50 km se puede hacer yendo tranquilo y comiendo regularmente. Otra conclusión que obtuve es que en estas rutas debes llevar bastantes barras energéticas y geles, y sobretodo hacer uso de ellos dado que si bajas de un “umbral” de energías en el cuerpo te da una pájara.
Yo por mi parte hice gran parte de la ruta en solitario, pero llevando el gps se hace sin ningún problema y no hay sitios los cuales inviten a la equivocación. Hubo cuatro avituallamientos pero yo solo vi dos, esto también es fundamental el saberlo dado que son coches particulares que abren el maletero y hay tienen comida y líquido, pero al no estar señalizados te los puedes saltar.
Lo mejor de la ruta el grupo de Paracuellos, la verdad es como ir pasando metas juntos. Para mí esto hace casi tres años era impensable que lo pudiese hacer.
Finalmente la sensación de libertad de ir por los montes con un gps y una bici hoy en día no tiene precio y esta ruta te lo da.
José Manuel:
A las 5:45 suena el despertador, aunque 10 minutos antes ya estaba despierto… serán los nervios de enfrentarme, por primera vez, a una ruta de 100 km y sin demasiado entrenamiento que digamos. Desayuno más de lo habitual y me visto, y al salir a la calle con la bici, la primera en la frente, llueve con ganas!!
Cuando llego al punto de encuentro veo caras largas, 100 km bajo la lluvia puede ser un infierno. Cargamos las bicis y partimos hacia Majadahonda, no hay muchas ganas de hablar, pero pronto deja de llover y nuestros espíritus se vienen arriba, entablando conversaciones animadas. Llegamos al punto de encuentro, bicis al camión que las llevará a Ávila, fotos protocolarias y nos acercamos a la pasarela Cibeles de las burras, gordas y flacas, cuanta belleza junta!
Por fin subimos al bus porque me estaba quedando tieso de frio, el viaje lo pasamos intentando adivinar lo que nos caerá del cielo, algunos comiendo y otros bebiendo agua demostrando tener una vejiga XXL.
Llegamos a Ávila, cogemos las bicis, foto de familia y, por fin, a pedalear… la ruta comienza por un camino ancho y llano, pero con grandes charcos. Voy a la cola del grupo, veo a mis compañeros un poco más adelante pero mi estrategia es clara: no voy a seguir a nadie, iré a mi ritmo y ahorrando gasolina. Pedaleo un rato con Enrique y con David, Villy se para a esperar y se suma a nosotros, pero enseguida los pierdo y sigo solo, hasta que, en la primera subida a Tornadizos, llego hasta Dani, que será mi compañero toda la ruta. Saliendo del pueblo cruzamos un arroyo y vemos un pequeño atasco, un biker se ha caido y se le ha salido el hombro… se acabó la ruta para el, mala suerte.
Toca subir por un camino incómodo y pesado por el agua y el barro, luego llegamos a una pista que nos llevará a una carretera que cruzaremos, ahora toca un tramo de senderos entretenidos pero más técnicos, motivo por el cual Dani me toma la delantera, hasta que paramos a reponer fuerzas, dado que se avecina un largo tramo de subida. Bajamos a una carretera que nos lleva a El Herradón, tras cruzar el pueblo un amable ganadero, en el que José Mota perfectamente podría haberse inspirado para alguno de sus sketchs, nos amenaza, pedrolo en mano, porque le estábamos espantando el ganado. Podemos confirmar, sin lugar a dudas, que la enfermedad de las vacas locas se transmite a los humanos.
Continuamos, ya subiendo sin parar, hasta San Bartolomé, donde empieza una dura subida por pista de cemento, aunque yo me impongo un ritmo muy cómodo para guardar fuerzas, pero a la vez disfruto del terreno en el que más a gusto me encuentro. Finalizada la subida, bajamos hasta el primer avituallamiento, donde casi sin saludar a Jose Antonio como todo lo que pillo como si no hubiera mañana. Llega Dani y, poco después, reemprendemos la marcha, ya por un terreno mucho más llevadero hasta el siguiente avituallamiento, a pesar de lo cual, sobre el kilómetro 50, empiezo a notar la incómoda presencia del tío del mazo que viene a por mi… afortunadamente rodamos en un grupillo de 6 y por terreno favorable, pero a duras penas aguanto el ritmo de mis compañeros.
Llego al avituallamiento de Robledo de Chavela y me tomo el primer gel del día entre dudas, ahora toca subir y he tenido una gran crisis. Tras quitarnos algo de ropa (el calor empieza a apretar, los fantasmas de la lluvia parecen ya lejos) y llenar la mochila de agua, nos ponemos de nuevo en marcha, con una larga subida por delante. Jose Antonio se escapa enseguida, pero sigo subiendo algo más rápido que Dani y con buenas sensaciones, la crisis parece superada!! Pedaleo solo bastantes kilometros, pero en un momento nos reagrupamos Dani, Jose Antonio y yo, y ya seguiremos prácticamente juntos el resto de la ruta. Los kilómetros ahora pasan rápido, el final se ve cerca, las piernas me responden en las subidas y los temidos calambres no aparecen, pero como no podía ser todo tan bonito, aún me espera una inesperada sorpresa, un final cruel en forma de interminable subida… menos mal que he sido prudente y he guardado algunas fuerzas para terminar sin problemas y muy contento de haber completado esta proeza, impensable para mi hace poco tiempo.
Villy:
Suena el despertador a las 5:50 pero hace un rato que ya estoy espierto, me levanto y entro en el baño, parece que se escucha llover, parece que el peor de los presagios se esta cumpliendo, ¿pero no eran lluvias débiles? Pues cae bastante más….
Despues de asearme, me visto de romano para la “lucha”, desayuno y chequeo que llevo todo lo preparado la noche anterior, cargo la bici en la furgo y salgo en busca de Manolo, que es el que llevara el coche para llevar a los bikers, allí mismo recojo tambien a José Manuel, Dani y el ya mencionado Manolo. Proxima parada, el BP de C.C. Aquí cargo las bicis de Enrique, David , Jesus y Angel. Poco a poco ha ido dejando de llover, algo vamos ganando.
Salimos dirección Majadahonda y llegamos unos minutos antes de las 7:30, esta comenzando a amanecer y ya hay algunos bikers en la zona preparando sus monturas. Seguidamente y después de pasar el control, cargamos las bicis en el camión. Últimos preparativos, llevarse más ropa o menos, cambiarse de calzado, saludar a los amigos del Club Ajalvir etc… y al autobús.
Arrancan los autobuses y a los 200 metros, se escucha por megafonía, “ES DE ALGUIEN UN MERCEDES PLATEADO, ESTA CON LAS PUERTAS ABIERTAS” rápidamente contesta un despistado, !si es mío¡ y baja apresuradamente del autobús a cerrar el coche, pero lo más sorprenderte es ver bajarse del segundo autobús otra persona descalza corriendo a su coche, del que regresa con el calzado de la bici en las manos, ( es fácil que se te olvide cambiarte de calzado e irse con la playeras, gran putada, pero subirse descalzo al autobús y no darse cuenta…. Creía que era yo el único que estaba un poco nervioso.
Nuevamente arranca los autobuses que ya no pararían hasta Ávila, aprovecho para comerme un bocadillito, de pavo con una tartaleta de manzana, nos van hacer falta fuerzas para recorrer los ciento tres kilómetros y pienso si no habría tenido que preparar un poco más la ruta, solo he podido salir un par de sábados para hacer una rutas un poco más exigentes y un día a correr 30 minutos que me mantuvo una semana parado, de la agujetas que me produjo. La lluvia de estos días tampoco a ayudado, entretanto voy hablando con José Antonio de la niebla que hay, de lo despejado que parece estar por el lado contrario al que vamos a recorrer, de que si se ve el arco iris es que esta lloviendo…
Llegando a Ávila, observamos al amigo Jesús, que ya ha empezado con las barritas, geles y demás, Manolo ha terminado con un litro y medio de agua, hay que hidratarse bien.
Cuando llegamos, el camión ya había llegado con las 90 bicis, algunas viajaron en los maleteros de los autobuses. Bajada de autobús,y a cumplir con el ritual de la meadita en la pared de un parquecillo, todos los años igual, treinta o cuarenta tíos meando al unísono. Recogemos las bicis, colocamos GPS, ajustamos cascos y demás equipo. Discrepancias sobre si ponernos ya el impermeable o esperar haber. El suelo esta mojado pero de momento no llueve. Y en el último momento, veo a Enrrique con el GPS configurado para perderse, velocidad, altura, desnivel etc.…. “Una pregunta estúpida que le hago, ¿donde ves el track?, “no me hace falta, contesta, voy con vosotros” ¿No me dejareis solo? “Como son los novatos”. “Anda pon rápidamente el track, porque cuando estés solo en medio de monte, agotado, te reconfortará saber que por lo menos llevas la dirección correcta”.
Tras la foto de rigor y a una hora entre las 9.30 y las 10:00, nunca recordamos fijarnos a la hora que salimos, comenzamos la SRAM 14.
Este es el primer año, que sorprendentemente, salimos de los primeros, normalmente salimos los últimos y descolgados, pero esta vez no… bueno, faltan Enrique y David, que ruedan con las últimas unidades del pelotón, me paro para a esperarlos y hacerles ver que no he salido corriendo y sin avisar, pedaleo a ritmo lento con David y Enrique, que quiere hacer la ruta en cinco horas, para llegar a comer… Voy incrementado el ritmo, y en el primer embudo, pierdo la compañía, de estos, y observo, como el grupo va partido, sobre paso a Dani, que marcha en cabeza de este grupo, le invito a seguirme con un “vamos Dani” pero este es de arrancadas moderadas y marcho en busca del resto del pelotón, al poco les alcanzo, José Antonio, José Manuel, Manolo , un poco más adelante Ángel, al que le doy una palmadita en la espalda, “vamos” pero tampoco se anima, unos metros más adelante, Jesús, que tampoco se interesa por seguir mi rueda.
Llega el primer repecho, subida a Tornadizos de Ávila, ya se puede ver a un grupo, que ha entrado en el pueblo, todos los años me pasa igual, a la gente de cabeza se marcha y abren un hueco importante.
Empiezo a subir la cuesta, adelantando a numerosos bikers y puedo ver en la cima las casacas verdes de los de Ajalvir, en la cabeza del Pelotón, ya estoy entrando en calor, y las piernas la noto pesadas, al llegar arriba, yo que quería rodar despacio al principio para que luego no se me haga muy largo el puerto de San Bartolomé de Pinares, pero ya no hay solución.
Salgo del pueblo (km7aprox) en compañía de la gente de Ajalvir, rápidamente abandono su compañía y me encamino hacia el puerto de tornadizos, después de rodar en solitario, a lo lejos, veo saltando un riachuelo, a dos bikers, ¿en el suelo había visto más rodadas? Me esta empezando a salir el instinto “indio». Cuando los tengo a unos cincuenta metros, un pastor que por allí anda me arenga “vamos flojucho, que te estas quedando descolgado”, y yo le pregunto “van muchos por delante” – un «puñao», contesta, y continuo mi marcha sin parar, supero a los dos bikers, y continuo subiendo, al poco tiempo veo otros tres, a los que empiezo a recortar, pero al poco se paran, parece ser que uno de ellos tiene un problema mecánico, llego a su altura y le pregunto cuantos van por delante y me dicen creemos que no va nadie…. Yo no pretendía marchar en cabeza, si no en el grupo de cabeza, pero llegado este punto, ¿me pararía a mirarles?, a si que decido continuar
Continuo mi marcha, y al llegar a la cima del puerto de tornadizos, (una subida, de senderito, por un prado, con zonas de mucho barro) empiezo a sospechar, que si voy el primero, pues las puertas, que hay para que el ganado no se escape, están cerradas, y como siempre no hay ganado. Voy parando y abriendo las puertas, que dejo abiertas, para el resto de mis compañeros, ¿el último las cerrará? En la última puerta me alcanza uno de los bikers del grupo de dos y empieza a bajar conmigo las trialeras. Se encuentran un poco delicadas, con un barro muy blando y roca mojada, pero bajo a un gran ritmo pero seguro, al llegar abajo, llevo los antebrazos, un poco doloridos, del esfuerzo realizado. En la subida de un repecho busco a mi compañero de bajada, no le veo y eso que desde aquí, se ve probablemente cerca de un kilometro, ha bajado muy despacio, o se a caído, a si que decido continuar en solitario y continua descendiendo por un sinuoso camino a gran velocidad. En un atajo que han ideado este año me falta poco para comprar un parcela, una roca muy brillante por el agua me hace frenar bruscamente y echar pie a tierra, las caídas hoy se pueden pagar muy caras…
Tomo la carretera que me llevara a Herradón de Pinares, km 20 aprox. y aprovecho para tomar mi primer gel, no porque me hiciese falta en ese momento, pero para que ir asimilándolo, para la gran subida, a unos cuatro kilómetros, mas adelante. Pero hasta llegar allí hay que superar fuertes repechos, que irán reduciendo las fuerzas.
Una vez llegas a Herradón de Pinares se atraviesa el pueblo y desde el mismo pueblo empieza una muy dura subida, sobre un superficie de cemento con continuas zetas que obliga ha utilizar el molinillo.
Una vez llegado arriba, continúan pistas anchas, pero picando hacia arriba, hasta llegar el primer avituallamiento sobre el km 35.
Llego al avituallamiento y entre tartaletas de manzana, frutos secos y acuarius me comentan, que uno de los bikers, se ha caído y dislocado un hombro, con lo cual lo han llevado al hospital de Ávila y se ha quedado ingresado, mientras relleno el bidón de agua, le desmonto algunos de los “mitos” que proliferan últimamente, a la persona que esta encargada del avituallamiento, ( tu no llevas una 29”, esperaba que las primeras bicis, fueran 29, como dicen que son más rodadoras, pero tú normalmente participas en los 10.000 del soplado y similares, de mayor dureza, “ pues ni llevo una 29”n ni participo en marchas de gran dureza).
Viendo que no llega nadie más al avituallamiento, decido emprender la marcha con la duda de si la persona que está en el hospital, tal vez la conociera, y recuerdo mirar la hora, 12:15, hace ya unos minutos, que partí de nuevo.
El trayecto se hace por pista de bajada, entre bosque muy rápidas y parece increíble pero tuve que hacer una parada por problemas de trafico entre un camión y dos todo terreno que no tenían muy claro quien debía, ceder el paso en una zona estrecha del camino.
Llego rápidamente a Valdemaqueda, y bajo por un sendero paralelo a la carretera muy resbaladizo y con numerosas raíces mojadas que dependiendo de la velocidad puede ser un poco delicado. El año pasado alguno bikers, hicierón “trampas” bajando por la carretera.
Unos kilómetros de carretera que aprovecho para reponer fuerzas y pista hasta Robledo de chávela. K55, 13:15 aprox, llego una hora antes que el año anterior, el avituallamiento, casi no lo veo, había dos personas, comiendo pipas con todo recogido dentro del coche, solo al ver una mesa vacía de campo, me hizo preguntarles y entonces si abrieron el maletero y a allí, estaban de nuevo las tartaletas de manzana y acuaius.
Prosigo la marcha, una subida, tendida y larga en la que encuentro numerosas pesadas puertas que voy abriendo y cerrando, esta subida me ha fundido un poco, además llevo ya unos kilómetros arrastrando problemas en el cambio, se van saltado los piñones grandes lo que obliga a poner plato pequeño y piñones, pequeños.
Los kilómetros van cayendo y llego a Valdemorillo, como desde el km 55 ya no hay avituallamientos, busco una fuente en el parque, la encuentro, pero mi gozo en un pozo no tiene caño, valoro el agua que llevo todavía, y decido continuar hasta el final, luego me enteraría, que pusieron un tercer y cuarto avituallamientos, pero yo ya había pasado.
Ya muy cansado pasados unos minutos de la cuatro de la tarde, llego a la sede del club ciclista de Majadahonda, felicitaciones de los que allí se encuentran, rechazo el plato de pasta, pero no un litro de cerveza y tarta de chocolate, repongo fuerzas, y lavo la bici cuando termino, llegan los 2,3,4 participantes, 20 minutos, después, charla, risas y demás. Guardo la bici, en la furgo duchita y a esperar al resto de los compañeros, David, después Manolo Ángel, y Jesús, después Enrique y un poco más tarde Dani José Antonio y José Manuel. Cargamos las bicis y vuelta a Paracuellos para después, quedar a cenar un buen chuletón en el restaurante el Timón en Ajalvir, patrocinador de nuestro club.
Ciento tres kilómetros, de los cuales unos ochenta y cinco en solitario, mucho tiempo para pensar y luchar contra uno mismo, también para pensar que necesidad hay de pasar algunos malos momentos, pero es que cuando te venden la bici te dan también un grado de estupidez, por que ya estoy esperando la próxima sram.
Jose Antonio:
Un año más llega la ruta de Ávila Majadahonda, los mismos nervios que el primer día, que decir que ya es la octava edición consecutiva y con los mismos nervios que en la primera ocasión. Ya el día anterior duermo mal…¿lo llevo todo?, he revisado mi lista varias veces, esto se complica…tengo que revisar también la lista que nos envía nuestro querido Manolo, joder que tío más aplicado ja ja ja …
He de decir que la SRAM marcó un punto de inflexión en esta mi afición favorita, fue el comienzo de las rutas de gran distancia para mí, la superación personal por hacer más de 100 kms por caminos… toda una proeza. Mi primera vez, joder como suena esto fuí alentado por mi compañero de trabajo Gabriel (que desde aquí le mando un fuerte abrazo y que se recupere pronto de su lesión de hombro). Me pongo en su lugar, como jode cuando vas con toda la ilusión del mundo a realizar una hazaña acompañado de tu hijo y tienes una caída tonta que te lo impide….no hay palabras.
Bueno al lío, llegada a Majadahonda, saludos de rigor a muchas personas que antes eran mis compañeros de rutas y que nos hemos ido distanciando, así como a los componentes del club ciclista Majadahonda que ya nos conocemos de otras ocasiones. De hecho José Vicente me propone que hagamos alguna ruta por nuestra zona, que ellos no la conocen y así confraternizamos…. oído cocina….
Voy acojonado por varios motivos, componentes chinos que he puesto nuevos, sillín nuevo que promete, inclemencias metereológicas que es lo que más me jode, no rindo con frío y lluvia…
Llegada a Ávila, no llueve pero me tomo mal como está el tiempo. Comenzamos ruta y está todo embarrado, como me jode, voy de mala gana y eso que traigo cubiertas nuevas con mucho taco… pero da igual en la pradera de todos los años comienzan las derrapadas tanto subiendo como bajando. Iba acompañado de Jesús, Manolo, Enrique … pero ya en las zonas técnicas tengo que descabalgar y se me van escapando, los vuelvo a alcanzar… pero en las bajadas embarradas haciendo drifting y tras un par de sustos sin consecuencias acaba el GPS saliendo por los aires…. ya me descuelgo del todo…
Llegada a San Bartolomé de Pinares, decido no cruzar el arroyo para no mojarme los pies, me acompaña un chaval que se me ha acoplado, pero se me queda en las subidas y me pilla en las bajadas. Adelantamos a varios en el pueblo y ya a la salida dejo abandonado a mi nuevo compañero. Joder que cuestas, todos los años lo mismo… A parte he pasado miedo, se me han tirado 3 perros y creía que aqui acababa mi aventura…
En el último tramo de subida me adelanta el «correcaminos» joder que tío con que facilidad me ha pasado. En la bajada se me ha salido el «puto» gps otras 2 veces y he bajado ya más despacio. De golpe no me marca los kms y no sé donde me encuentro…. joder, decido esperar y me encuentro con José Vicente y vamos charlando hasta el avituallamiento. Allí veo a Enrique que va el tío a su ritmo (muy bien chaval el secreto es dosificar).
Salgo a mi bola tras tomarme mi tiempo y el trozo hasta el segundo avituallamiento se me pasa volando, voy sólo a mi bola. En Robledo de Chavela un compañero de antiguas rutas está desfondado y a venido su mujer a buscarlo, pero coño Víctor espabila que eras mi ídolo, pues no … un icono que se ha venido abajo, dice que está en mala forma y le ha dado el bajón.
Finalmente me acoplo a Dani y a nuestro querido Candales, pero qué diferentes somos los 3 en la forma de pedalear… ja ja ja .. el Dani baja como un poseso… bueno como dice él he volado por los pedrolos sin conocimiento….ja ja ja…miedo me da verlo, siempre nos apartabamos y lo dejamos bajar, y era visto y no visto… José Manuel más comedido, tienes toda la razón, vas a ser padre en breve y hay que evitar sorpresas inesperada….. joder que talegazo me acabo de dar…. joder que dolor de culo…acabo de derrapar en un barrizal a 20 kms de meta.
A unos 15 kms de meta, me digo para que coño quiero el gel, lo tomo o no lo tomo…. lo tomé pero realmente no noté nada.
Llegada a Majadahonda, nos esperamos en la rotonda final para bajar los 3 a la vez, en plan entrada triunfal, somos refibidos de forma muy cordial por nuestros compañeros de club y por otros conocidos.
Es la vez que más entero he llegado, cansadillo y con molestias en el trasero, pero bien. He de decir que ha sido un placer pedalear con la gente de mi club. Joder Villy qué máquina, todo el mundo hablaba de tí por todos lados, qué maquinón… ya nos contaras tús secretos je je je … ¿será la cerveza sin alcohol???
Un abrazo a todos y nos vemos el año que viene en la SRAM 2015 y antes en otros caminos, a ser posible sin pedrolos… Candales que te veo reír… je je je… Feliz paternidad a los futuros papás, aprovechar que luego vaís a montar menos.
Angel:
Hoy es un día especial, siempre lo son cuando tengo que irme con mi compañera de batallas, la “gorda”, para realizar la ruta que tenemos programada, son momentos que te sirven para expandir la mente y aunque en ocasiones se acumulan grandes dosis de adrenalina, esta hace efecto de un relajante mental para olvidar las rutinas del día a día.
Como decía hoy es especial porque tenemos por delante un gran reto, una ruta larga y dura, para mí la segunda participación, es la SRAM2014 (Súper Ruta Ávila Majadahonda de 105 Km y 1.700 m de desnivel positivo). Por la particularidad de la ruta, se aprecia un ambiente festivo en todos los componentes del Club que participamos, las predicciones meteorológicas no son las más favorables, pero la ilusión con que se afronta, sirve de llave para poder tomarla con optimismo, luego pasará lo que pasará, pero ese optimismo sirve de motor para afrontarla con ganas.
La experiencia de haber participado el año anterior me hace estar más relajado, no deja de ser un reto personal agradable de superar, la ruta es dura pero divertida. La comunión y complicidad entre los integrantes del club aumenta, ya nos conocemos más y eso sirve para dar solidez al equipo, después sobre el terreno no deja de ser una prueba individual en la cual tienes que conocer tu capacidad para poder acometerla de la mejor forma posible, dosificando fuerzas según las posibilidades de cada uno.
En el viaje en autobús a Ávila, aunque el día está gris, observo por la ventanilla el arco iris, prueba inequívoca de que está lloviendo, pero lo bueno es que si hay arco iris también hay sol, por tanto, esto para mí supone buen augurio de cara al día que nos espera.
Somos nueve componentes del club, la ruta se desarrolla más o menos como la tenemos prevista, mucha agua por las lluvias de días anteriores y de todo el invierno, pasamos ríos y arroyos, barro en determinados momentos que endurecen aun mas las condiciones, el puerto de Herradon y San Bartolomé de Pinares en el primer tercio y la subida después de pasar Robledo de Chavela en la segunda mitad, son dos obstáculos que te dejan tocado físicamente, pero la mente puede más, cada uno ponemos nuestro ritmo, se forman dos o tres grupitos integrados con el conjunto de los 60 participantes en la misma.
En el último tercio me toca sufrir, debe de ser por la dureza y la cantidad de Km, creo que me he hidratado bien y he comido lo necesario, pero aparecen los calambres y aunque los voy solventando para poder continuar, este último tramo de ruta se me hace largo, siempre he oído que los ciclistas tienen mucha capacidad de sufrimiento y yo en este caso doy fe de que es así. Al final consigo acabarla junto con los compañeros Jesús y Manolo, dos ciclistas consolidados con mucha experiencia, como tiraban los condenados en los repechos finales llegando a Majadahonda, con coraje consigo no despegarme de ellos.
Villy, nuestro “buque insignia”, llega el primero de la general, alucinante, aunque la ruta no es competitiva deja el pabellón muy alto, esto es muy positivo para dar a conocer nuestro club, MTB PARACUELLOS. Pienso que luego en las declaraciones dirá, “lo he dado todo y estoy muy satisfecho, pero si no llega a ser por el equipo…” “jejeje”. Después termina David que aunque nos ha acompañado durante casi toda la ruta, al final se encuentra con fuerzas para tirar, todo un crack, posteriormente entramos nosotros tres y después termina Enrique, en principio al que vi con más dudas puesto que era la primera vez que participaba, pero cumple con creces, sí señor. Por último, que no los últimos del total, entran dos “perros viejos” también con mucha experiencia, Dani con tres participaciones y José Antonio, este último en su octava edición, acompañados por José Manuel en su primera participación pero que parece que hubiera hecho varias, muy bueno.
Enhorabuena chavales, al final todos satisfechos con el reto cumplido llegamos a nuestra base, quedando para cenar en un ambiente muy agradable donde lo pasamos estupendamente.
Hasta la próxima. ¡Nos vemos en los caminos!
Jesús:
Avila Majadahonda…Ruta larga asequible y divertida. Antes de empezar me doy cuenta que no consigo tener el track de la ruta en el GPS, 3 años con el Garmin y nunca he conseguido guiarme con el.
Se empieza suave por caminos llanos, voy a mi bola y de repente llego a un pueblo y no se por donde tirar. Me doy cuenta que siempre voy a tener que tener ir con alguien…
Caminos senderos y barro, algun prado que se cruza con arenas movedizas. Una buena bajada y comienza la primera subida internimable. La verdad es que no se me hizo dura estaba fresco.
Caminos pinares, un poco de lluvia, bajada de nuevo hasta robledo de chavela. Ya se nota el calor y sobra la ropa. Despues del segundo avituallamiento subida dura con piedras, para mi fue la peor…
Una vez pasada la ruta esta hecha…Salvo por un chupoctero que se me metio por dentro y se dedico a picarme y por unos gripaje de cadena al final que soluciono el aceite de Manolo…Lo mejor de la ruta la compañia que me guió todo el camino: Manolo, Angel, y David hasta que lo perdi…
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